La fuerte caída de la natalidad en 2022 se explica por “las crisis”, “el descenso de la fecundidad” y un cambio en la “relación con la paternidad”.

Mientras que Francia sólo registró 723.000 nacimientos en 2022, su cifra más baja desde 1946 según el INSEE, la socióloga y demógrafa Catherine Scornet explicó el martes 17 de enero en franceinfo que “los tiempos de crisis incitan a las parejas a tener menos hijos”. Sin embargo, esta fuerte tendencia desde 2014 no puede explicarse únicamente por la sucesión de crisis de los últimos años. La investigadora del laboratorio Población, Medio Ambiente y Desarrollo constata también “un descenso de la fecundidad”, “una relación con la paternidad” que ha evolucionado y la “realización” de las mujeres solteras con un título “al margen de la maternidad”.

¿Es éste un año histórico en términos demográficos?

Catherine Scornet: Sí, aunque el número de nacimientos ha disminuido en Francia, sobre todo desde 2014, salvo el ligero repunte que observamos en 2021 debido a un aplazamiento de los proyectos de paternidad que no se habían llevado a cabo durante la epidemia de Covid. Por regla general, además, las épocas de crisis suelen ser momentos de incertidumbre que incitan a las parejas a tener menos hijos y a posponer los nacimientos hasta tiempos mejores.

¿Así que este descenso de los nacimientos es una tendencia fuerte?

El número de nacimientos depende tanto del número de mujeres en edad fértil como de la fertilidad de esas mujeres. Así que cuando el gran número de mujeres de las generaciones del baby boom, que tenían entre 20 y 40 años en la década de 1990, llegaron al final de su vida fértil, se produjo un declive. Pero desde 2014, la evolución reciente se explica principalmente por un descenso de la fecundidad.

¿Está esto también relacionado con una relación cambiante con la paternidad?

Desde luego. Este descenso de la fecundidad se observa sobre todo en los grupos de edad más jóvenes. Las tasas de fecundidad de las mujeres menores de 30 años llevan descendiendo desde la década de 2000. Pero aún no podemos saber si habrá un aplazamiento de la edad de entrada en la paternidad, lo que plantea la cuestión de la relación con la paternidad, o si esta infertilidad será permanente en esta generación.

El simple hecho de que hoy en día sea una opción en nuestra sociedad, tener hijos o no, supone una gran transformación?

Sí, el origen de la elección o el deseo de tener hijos se remonta al siglo XVIII, cuando en Francia empezamos a limitar los nacimientos en la época de la promoción del individuo y de los movimientos por la democracia y la emancipación de la mujer que continuaron a partir de los años sesenta. La cuestión de la elección es fundamental. La encuesta de fecundidad de 2010 muestra que son las mujeres solteras con titulación las que más se proyectan fuera de la maternidad. Tienen una educación más larga, invierten en sí mismas, florecen en otras opciones distintas de la maternidad. Para las jóvenes de clase trabajadora, tener hijos les proporciona una posición social, la emancipación de sus padres y, en cierto modo, autonomía.