Ante la “ineficacia” de las políticas francesas sobre el cannabis en términos de salud pública, el Consejo Económico y Social (CESE) recomienda una legalización regulada de esta droga, en un proyecto de dictamen sometido a votación el martes.
Es la primera vez que el Consejo Económico y Social (Cese) adopta una posición tan clara sobre este delicado asunto: el martes 24 de enero pidió la legalización del cannabis en Francia. El proyecto de dictamen se publicó tras un año de trabajo de un comité ad hoc creado para abrir el debate sobre este tema “a menudo caricaturizado”.
Este órgano consultivo de la sociedad civil, que incluye asociaciones y sindicatos, constata la “ineficacia” de las políticas francesas sobre el cannabis en términos de salud pública. “Es hora de un cambio de paradigma”, afirma Jean-François Naton, miembro del Cese y presidente de la comisión temporal.
¿Cómo ayudaría la legalización del cannabis?
Jean-François Naton: No es una primicia hablar del fracaso de las políticas contra el cannabis en los últimos cincuenta años. Al fin y al cabo, somos el país de Europa con el sistema represivo más exitoso y, al mismo tiempo, con el consumo que más crece.
Debemos abandonar el enfoque represivo y avanzar hacia la despenalización del consumo. Por ejemplo: un fumador de cannabis puede dar positivo al volante, aunque lo haya consumido cinco o diez días antes y ya no esté bajo los efectos del producto. Todo este sistema de represión produce un gran número de injusticias. Es necesario un cambio de paradigma.
¿Cuáles serían las consecuencias de una legalización controlada?
El gran reto es acabar con el tráfico. Esto significa que los consumidores deben poder tener en su poder algo que consumir. Estamos a favor de dejar de penalizar el cultivo personal de cannabis. Esto significa también tiendas, con control gubernamental de la venta del producto. Reintroduciendo el cultivo de cannabis de calidad en suelo francés.
¿Qué le convenció, más allá del fracaso de la represión actual?
La gran ventaja es que podemos basar nuestra reflexión en experiencias a escala internacional, sobre todo en Canadá, en algunos Estados americanos y en Portugal. Allí donde se ha aplicado la legalización, hemos visto resultados satisfactorios en términos de consumo. Esta es la paradoja: cuando se legaliza el cannabis, se consume menos. Porque es posible poner en marcha una política de prevención.
Varios médicos han participado en nuestros trabajos y han hecho la misma observación que nosotros: si queremos luchar decididamente contra el consumo, sobre todo entre los más jóvenes, para quienes este producto es nocivo, debemos tener en cuenta la realidad.